top of page
Buscar
  • lohengrin-vtuber

Capitulo 3: Regalo

Lohengrin fue enviado a casa después de lo sucedido en el templo.


Allí entendió las consecuencias de todo lo que sucedió. Su madre, encerrada en un cuarto llorando todo el día. Solo dejaba de llorar para empezar a golpearse a si misma y murmurar "tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo...".


Dia tras día, mientras tanto, su padre no hacia absolutamente nada, solo estar sentado en silencio.


Llantos, gritos y una voz que canta en voz baja, como un llanto, como alguien a quien estuviesen matando lentamente. Todo eso creó una melodía que torturaban a Lohengrin día y noche.


Hasta que un día su madre comenzó a vomitar, constantemente. Lohengrin fue preocupado tras su madre, abrió la puerta de su dormitorio y la vio tumbada en la cama cubierta de vomito, sucia. Agarro la cara de Lohengrin y comenzó a gritarle: "Tengo miedo! Tengo miedo! Quédate conmigo! No quiero perderte como a tu hermano!"


Lohengrin aceptó, y se tumbo junto a su madre en el suelo, pero al cabo de unos minutos el corazón de su madre se paró.


No fue el único al que su vida le dio un giro. Triskel perdió a su hermana y su padres cedieron a la locura, su padre se ahorcó. Triskel le contaba a Lohengrin como todavía podía escuchar el ruido que hizo su cuello, le perseguía todas las noches.


En cuanto a Minales y Marion, no volvieron a saber nada de ellas desde el día del ataque.


Los cuerpos de los fallecidos son cedidos a los templos como ofrendas a los dioses, una vez entregados nadie vuelve a verlos, y el día que se llevaron a los familiares de Lohengrin y Triskel, ambos hicieron una promesa, matar no solo a los que hicieron eso, si no a todos y cada uno de los elfos que existan al otro lado.


A la mañana siguiente, varios sacerdotes se presentaron en la casa de la familia de Lohengrin. El salió fuera a recibirlos y comprobó que con ellos estaba Triskel. Le ofrecieron la oportunidad de vengar a su familia, recibiendo todas las enseñanzas necesarias para cumplir con la promesa que hicieron Triskel y el.


Lohengrin aceptó y abandono su a su padre y su hogar. Les instalaron en las cámaras superiores del templo escuela, incluso por encima de los estudiantes mas veteranos, a pesar de que todas esas habitaciones ya estaban vacías.


"Focaliza tu odio y conviértelo en tu arma". Lohengrin era el único al que no le habían instruido en el uso de armas, solo en usar sus propias manos, algo que debía utilizar día a día entrenando con su compañero, al que habían enseñado a usar dagas y otras habilidades para cazar en silencio.


Tras varios meses de entrenamiento, los sacerdotes les hicieron llamar a lo mas alto de el templo, en la torre mas alta.


"Veis ese horizonte? veis esa luz? A nosotros nos la arrebataron. Por eso debemos recuperarla. Lohengrin, Triskel. Juráis lealtad total a el templo?" Los dos asintieron con la cabeza. Uno de los sacerdotes se acerco a ellos y saco una espada con una empuñadora llena de gemas y un corazón en el mango.


Sin decir ninguna palabra la clavo en el corazón de Triskel y después en el de Lohengrin. Ninguno de los 2 sintió ningún dolor, ni hicieron ningún gesto de asombro, las emociones eran algo que ya habían olvidado hace tiempo.


"Con esto estaréis marcados para siempre, sois nuestras armas contra Thrudd".


Los llevaron a una cúpula donde había una puerta gigantesca, la cual nunca habían visto. "La luz que nos quitaron, nuestro creador no nos la provee, el nos abandonó hace cientos de años, por lo que debemos adquirirla por nuestros propios medios para sobrevivir..."


Abrieron la puerta y lo que podían ver eran unas capsulas que brillaban con una fuerte luz azul clara. Lohengrin se acercó a una de ellas y podía ver la figura de alguien en su interior. Era una hembra, con un tubo introducido por su boca que llegaba hasta el techo, y su vientre había sido extirpado, en su lugar había una capsula transparente con lo que parecía ser una gema en su interior flotando entre sus entrañas.


Sus dientes, negros y su cara marcada por los vendajes típicos que les ponían a las aprendices de sacerdotisas.


En otra capsula había una figura, esta vez sin algunas extremidades y el mismo tubo hasta el techo. En el centro de la sala una mesa llena de utensilios que parecían hechos para despiezar animales.


"Hacia tiempo que no las veíais verdad? Son Minales y Marion. Ellas al igual que vosotros también están cumpliendo su misión." Lohengrin pensó que habían muerto el día del ataque y las conservaban sus cadáveres allí por alguna razón.


"Comencemos pues"


Repentinamente un golpe de viento entró en la sala a pesar de estar la puerta cerrada y no tener ventanas. Luces comenzaron a descender por los tubos conectados a las 2 hembras y sus cuerpos empezaron a moverse como si de un macabro baile se tratase, la imagen de ver a Marion sin piernas y un solo brazo agitándose era perturbadora.

El vientre de Minales comenzó a brillar mas fuerte y la luz descendió hasta unos canales que iban dirigidos hasta la mesa en el centro.


"Triskel tu primero" Dijo el mas mayor de los sacerdotes.


Triskel se tumbó en la mesa. "Marion es la mejor cazadora, su puntería era inigualable, ahora la tuya lo será también." Ataron a Triskel a la mesa y comenzaron a cortarle el brazo derecho. Era la primera vez que Lohengrin escuchaba gritar y llorar a Triskel.


Lohengrin no pudo aguantar la mirada y miró hacia la capsula donde se encontraba Minales. Todos el cuerpo de Minales se puso completamente rígido y comenzó a golpear el cristal.


"¿Esta viva?" Pregunto Lohengrin. "Esta cumpliendo su misión" Le respondió el sacerdote que tenia agarrándole por los hombros.


Montones de dudas empezaron a llegar a la mente de Lohengrin.


Abrieron la capsula donde encontraba Marion y procedieron ahora a cortarle el brazo a ella. En el momento que la hoja se encontró con su piel el cuerpo de Marion se estremeció y parecía querer gritar si no fuese por que el tubo que tenia introducido por su boca no le hubiese dañado toda su garganta.


Le empezaron a unir el brazo a Triskel aplicándole un ungüento y cosiendo de manera muy minuciosa. Una vez terminado el brazo, completamente morado y deforme comenzó a tomar la forma adecuada para Triskel.


Lohengrin estaba aterrado y su cuerpo temblaría de no ser porque le tenían agarrado.


"¿Que te pasa Lohengrin? ¿No quieres saber cual es tu regalo?"

40 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Capitulo 6

La luz roja en su craneo comenzo a brillar con una fuerza similar a un faro y la concentro sobre Miraell. Esta puso sus manos sobre Minales, sus dedos delicadamente comenzaron a perforar su piel, pare

Advertencia

Lohengrin se incorporo como pudo, aunque no podia encontrar el equilibrio, comenzo a deslizarse cuesta abajo sin poder detenerse. Sus ojos continuaban cerrados y lo unico que sentia era como podia aga

Publicar: Blog2_Post

Formulario de suscripción

¡Gracias por tu mensaje!

©2021 por Lohengrin Eisenrose. Creada con Wix.com

bottom of page